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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

www.surda.se

 

 

29-07-2015

 

 

 

 

 

Mundialización, luchas sociales y Estados Nacionales


 

SURda

Opinión

(Estimado Edison: este mes presenté a solicitud del Departamento de Historia de la Administración de Enseñanza Pública, esta ponencia en el Instituto de Profesores artigas de Montevideo, sobre "Mundialización, luchas sociales y Estados Nacionales". Te la envío tal cual la presenté. Si ustedes consideraran que hay cuestiones a publicar, me lo hacen saber y vemos cuáles serían, etc. Por ahora, te la envío para que pensemos juntos. Abrazo, Julio)

Julio A. Louis

 

1) Filosofía de la Historia y rol del Estado

 

El fundamento filosófico materialista dialéctico exige para analizar una situación concreta, captar el conjunto de las contradicciones y sus relaciones. Así como la contradicción fundamental o básica de todo ser es entre la vida y la muerte, esa lucha de opuestos se manifiesta en cada tejido, en cada célula. Si un médico ausculta a un paciente podrá descubrir –por ejemplo- que tiene una uña encarnada; pero si prosigue su tarea y observa que falla el corazón, apuntalar a la vida es atender ante todo a ese órgano enfermo, convertido en la contradicción principal entre la vida y la muerte. Las contradicciones restantes son secundarias, aunque la principalidad pueda cambiarse.

 

A su vez, para analizar la realidad y sus contradicciones es necesaria la metodología inductiva-deductiva, que va del análisis particular al general y viceversa (del árbol al bosque, de éste a aquél), capaz de captar de conjunto la realidad, relacionando los diferentes aspectos entre sí.

 

El Estado es un órgano de dominación al servicio de una clase, bloque de clases, proto-clase, etnia o nación. Asegura el control de los medios de producción y de cambio, la explotación del pueblo trabajador, el ejercicio de la violencia y la hegemonía cultural. Cuando hay procesos revolucionarios –la Revolución Francesa, la Rusa, la China, la Cubana, la Venezolana, etc.- las categorías otrora dominadas ejercen su contra violencia contra las privilegiadas. En tiempos en que se resalta la defensa de los derechos humanos, conviene saber que de 193 Estados miembros de la ONU, 182 están acusados de violaciones a ellos, Uruguay entre ellos. La violencia estatal se amortigua – nunca desaparece- en condiciones excepcionales de prosperidad económica, de mayor justicia social, etc. Pero el ejercicio de la violencia es intrínseco a la existencia del Estado.

 

2) El nacimiento del Estado Nacional vinculado a la Revolución Comercial, la sucesión de inventos y el rol de la burguesía

 

 

La nación “es un anudamiento, una armónica conjugación de comunidades o solidaridades humanas; una economía común, una historia común, un territorio y una lengua comunes, un carácter colectivo común.” Y “un sentimiento” , sin desconocer que suelen carecer de algunos de estos elementos. La nación moderna es una criatura del capitalismo que arrasa con la fragmentación feudal, y surge en condiciones de expansión de las fuerzas productivas, las que aparejan diferentes respuestas de las clases-estamentos de la época (cada clase poseía su estructura jurídica, con diferentes penas y derechos, esto es, su estamento). “Los tres mosqueteros” de Alejandro Dumas (1802-1870) deleita con la heroicidad de los combatientes de la Corte de Luis XIII del siglo XVII, contra los señores feudales. ¿Qué ocurría? Desde los siglos XII y XIII la denominada Revolución Comercial implica una sucesión de inventos que transforman la vida (muchos traídos de Oriente), tales como el timón moderno, la brújula, las esclusas, la modesta carretilla, el telar de lazos, el vidrio (del que se harán las lentes, los anteojos, el microscopio y el telescopio), el papel y la imprenta. La burguesía –clase comerciante de las ciudades- utiliza los avances tecnológicos para incrementar sus ganancias. Su actividad requiere un mercado ampliado, destrabado de las relaciones feudales: peajes, diversidad de pesas y medidas, normas jurídicas, monedas y dialectos. O sea, las fuerzas productivas en expansión chocan y rompen con las relaciones sociales de producción anteriores. La obtención de ese mercado económico ampliado, con la institucionalidad política-jurídica-militar es el Estado Nacional moderno. Los viejos condados y ducados dejan paso a Francia, Inglaterra, etc. Los defensores del pasado pugnan por las viejas soberanías, mientras las fuerzas emergentes pugnan por erigir Estados Nacionales.

 

 

(3) La revolución científico-tecnológica del siglo XXI. La mundialización, la centralización del capital y la agresión a los Estados Nacionales

 

I.

 

Un sistema “analiza las relaciones entre diferentes sectores de la economía, o entre diversas unidades productivas, a nivel nacional, regional o mundial. Puede incluir modos de producción diversos. Se asienta en una compleja división social del trabajo, y en múltiples procesos de producción unidos entre sí por el mercado […] (El capitalista) muestra una estructura jerarquizada, con metrópolis en posición central, colonias o países dependientes […] Se trata de una economía de intercambio, fundada en la búsqueda de la ganancia y en el mecanismo del mercado, vuelta más compleja por la aparición de medios técnicos más perfeccionados y la adopción de criterios liberales. […] Puede representarse también como las dos caras de una moneda: la de los países imperialistas y la de los sometidos al imperialismo […] El ensanchamiento del mercado es una constante del sistema. Mercado urbano durante la fase de capitalismo mercantil, deviene mercado nacional y finalmente mercado mundial.”

En el siglo XXI otra revolución científico-tecnológica expande prodigiosamente las fuerzas productivas y las tecnologías de la información y comunicación (TIC), y requiere ampliar el mercado. Ignacio Ramonet afirma que internet es la quinta gran revolución de la información y comunicación, precedida por las del lenguaje, los dibujos rupestres, la escritura, y la imprenta con el papel.

 

La burguesía trasnacional (cuyo epicentro está en EE.UU. y en Europa Occidental), posee el poder compuesto de grandes empresas tras-nacionales (ETN) y un pequeño núcleo de instituciones financieras (una “super entidad económica” ); el 45% de las principales ETN son de capitales de EEUU, y todas buscan acrecentar su tasa de ganancia. Ésta es la relación entre la plusvalía (lo que las patronales se apropian del valor creado por los asalariados) y el total del capital invertido, el constante y el variable, o sea el invertido en instalaciones, maquinarias, materias primas, salarios, etc. Y para expandir las fuerzas productivas choca contra las relaciones sociales de producción representadas por los Estados Nacionales, mundializando (o “globalizando” ) las pautas comerciales, financieras, arancelarias, sociales, culturales, políticas, militares. Hay trasnacionales económicamente más poderosas que los Estados y que la misma ONU y en la medida que el poder económico tiende a convertirse en poder político, las petroleras y las del armamento llegan a dictar las políticas exteriores de países como EE.UU.

 

“El Complejo Militar-Industrial (CIM) es la principal industria manufacturera del mundo, la que produce más recursos y genera más empleo […] Así se genera un círculo virtuoso entre la necesidad de vender armas y que a su vez, haya guerras o conflictos. Si no las hay, la demanda de armas se contrae y baja la oferta. Por tanto a los ofertantes les conviene generar y mantener el conflicto para expandir la demanda y la oferta a un costo-beneficio que les favorezca. Por ello, la necesidad de conflicto está muy presente en Medio Oriente aunque se expresa en cualquier lugar del planeta.”. “El presupuesto militar es tan grande, que el CIM se convierte en un Estado dentro del Estado.”

 

Esa burguesía - “oligarquía” la llama Samir Amin- desde el Club de Bilderberg (hotel holandés, donde se reúne desde 1954) analiza temas de ciencias físicas, biológicas y sociales y determina la orientación de los organismos rectores de la economía y la política (el FMI, el BM, el BID, la OTAN, la ONU). Lo integran las personas más influyentes de las finanzas occidentales, los magnates mediáticos, destacados industriales, científicos, líderes políticos, miembros de las familias reales, entre otros, a título de ejemplo, los jefes de Google, Microsoft, o los Rockefeller. El Club gobierna el mundo desde las sombras.

 

Sin embargo, esta oligarquía choca contra las grandes mayorías. “El mundo está dividido en dos bloques: la plutonomía y el resto'. ` EE.UU., Gran Bretaña y Canadá son las plutonomías claves: las economías impulsadas por el lujo.' En cuanto a los no ricos, a veces se les llama el `precariado': el proletariado que lleva una existencia precaria en la periferia de la sociedad. Esa `periferia', sin embargo, se ha convertido en una proporción sustancial de la población de EE.UU. y de otros países. Así, tenemos la plutonomía y el precariado: el uno por ciento y el 99 por ciento, como lo ve el movimiento Ocupemos. No son cifras literales pero sí es la imagen exacta.” 1 Datos recientes indican que la base de la pirámide social de EE.UU. habla español y hay 54 millones de latinoamericanos.

 

II

 

Si nos adentramos en el análisis teórico es dable sostener que en el sistema capitalista la contradicción social básica o fundamental, radica entre los intereses antagónicos de un bloque social y político conducido por la burguesía tras-nacionalizada y otro bloque compuesto por las clases, etnias y sectores explotados y dominados. Esos bloques se gestan en derredor de la contradicción burguesía-proletariado. A su vez, aquella contradicción, se manifiesta en una gama de contradicciones: entre la burguesía y los trabajadores en las metrópolis, entre la burguesía y los trabajadores en los países dependientes, entre la burguesía imperialista y los trabajadores de los países dependientes, en el seno de cada uno de los bloques en pugna, etc. De todas ellas l a contradicción entre la burguesía imperialista y el bloque que comanda, contra las clases populares de las naciones dependientes es hoy la principal , en tanto su dilucidación facilita más que otras la resolución de las restantes. Esa zona de conflicto es la caliente, la zona de las tormentas.

 

Se debe alertar y profundizar en la presencia de muchos Estados con intereses enfrentados al bloque conducido por la burguesía trasnacional -expresado básicamente por EE.UU. y la UE- que conglomeran, además de las clases y sectores populares, a burocracias políticas y sindicales y segmentos de burguesía no trasnacionalizada con sus agentes políticos, diplomáticos, militares, culturales, etc. Los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) son los más poderosos. Un bloque que, por su parte, presenta contradicciones no antagónicas en el seno del pueblo y otras que sí son antagónicas.

 

Los círculos oligárquicos del mundo, de la burguesía tras-nacionalizada – con independencia de residir en Nueva York, Berlín, Moscú, Bombay, Beijing o San Pablo- tienden cada vez más a identificarse como clase trasnacional dominante. Y liderados por los de occidente, arremeten contra todo Estado, ya no solo revolucionario, sino aquél que se digne tan siquiera a limitar sus ganancias, tales como la Rusia de Putin, la Argentina de Cristina Fernández o el Brasil de Dilma Roussef. C uando Rusia, Argentina, Brasil, Venezuela, etc., son espiados, amenazados o agredidos por EEUU los burgueses tras-nacionalizados u oligarcas de esas naciones colaboran legal o ilegalmente con sus pares de clase de occidente, como también sus servidores intelectuales, políticos, militares, etc.

 

El poder trasnacional de las principales potencias (en la UE, Alemania en especial) irrumpen con violencia contra la relativa independencia de los Estados Nacionales, inclusive desconociendo pautas democráticas elementales (el caso más notable es el de Grecia) y esos Estados Nacionales son crecientemente impotentes frente al proceso de centralización del capital. De allí que se producen formas de resistencia económicas, sociales, culturales y expresiones políticas nacionales -el MAS boliviano, el PSUV venezolano, Syriza griego ya dividido, etc. A nivel mundial, la mayor es el Grupo de los 77 + China (134naciones).

 

El bloque popular-alternativo de la resistencia al poder trasnacional mundial defiende a sus Estados Nacionales; pero además, necesita de construcciones más amplias, mega-naciones, o Estados plurinacionales. La Patria Chica (sea débil como Uruguay o fuerte como Brasil) ya no alcanza para la resistencia, y solo propugnan su aislamiento, quienes piensan con el cerebro y el bolsillo de la burguesía trasnacional. El mundo tiende a mega-naciones. Existían ya EE. UU. o Rusia, otras son fruto de las luchas del siglo XX (China, India), la UE es la más reciente y Nuestra América podría llegar a esa condición a través de la UNASUR o de la CELAC. De allí el interés de EE.UU. de robustecer a la desprestigiada OEA, reduciendo o eliminando la influencia de la UNASUR y la CELAC.

Vivian Trías. “Simón Bolívar y el nacionalismo del Tercer Mundo”. Luciano Soares Editor. Argentina. Pág. 25-

Daniel Vidart. “Políticas”. Octubre 2012. No. 12

Julio A. Louis. “El marxismo, ese ocultado”. Páginas 68 y 69. ARCA editorial. 2008.

 

En página35, se desarrolla “El modo de producción” de esta forma: “Se entiende por modo de producción la interrelación dialéctica entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción en el proceso productivo. Ambos aspectos forman un todo articulado e inseparable, referido estrictamente a la estructura económica de la sociedad. Vale precisar que entre los autores marxistas hay más de una interpretación acerca del concepto.

 

Las fuerzas productivas son los elementos necesarios para la producción. Algunos de éstos devienen de las condiciones naturales (agua, tierra, aire, clima, flora, fauna). Otros son medios o instrumentos de producción creados por los seres humanos para asegurar la continuidad de su existencia material: técnicas, utensilios, herramientas, máquinas-herramientas, máquinas, aparatos, obras. Ellos permiten el empleo adecuado de los agentes naturales (agua, viento, fuego), de los animales o de la fuerza de trabajo de los seres humanos. Por último, sólo una fuerza productiva, el trabajo del hombre (el `trabajo vivo' , sintetizador) tiene la cualidad de reunir a las restantes. De conjunto, la calidad y cantidad de las fuerzas productivas en un momento histórico determinado, hacen la estructura económica.

 

Las relaciones sociales de producción determinan la apropiación del excedente, que en el capitalismo se da en forma de plusvalía y se consolidan en relaciones jurídicas de propiedad sobre los medios de producción o de cambio (comercios, bancos, etc.). Esas relaciones de producción engloban, por lo tanto, al sistema de propiedad, a las relaciones humanas en el trabajo y al sistema de distribución del excedente. Constituyen la base material de las clases, que están determinadas principalmente por la posición que ocupan frente a los medios de producción y de cambio.-

 

En el Mundial de fútbol de 2014, la FIFA expulsó del territorio brasileño a Luis Suárez sin consulta al país sede.

Sergio Rodríguez Gelfenstein. “Gasto militar y crisis económica.” “Barómetro Internacional”. 2014

Ibidem. Declaraciones de Rodriguez Tremblay, Presidente de la Sociedad Canadiense de Economía

Noam Chomsky. “Ocupemos el futuro”. “La Jornada”. México. 2 de noviembre de 2011.

UNASUR cuenta con 12 naciones miembros. CELAC con 33.

III

 

En síntesis, la crisis del sistema capitalista se perfila de larga duración, y no habrá retroceso inmediato del sistema, porque ningún sistema cae por sí solo, y por el momento no hay fuerzas capaces de voltearlo; sistema que se rediseña por las ETN (empresas trasnacionales), desconociendo a los Estados Nacionales. EE.UU. –centro del poder trasnacional- lo lidera promoviendo tres Tratados a la vez: el TTP (Tratado Trans-Pacífico), el TTA (Tratado Trans-Atlántico) y el TISA (Trade in Services Agreement).

 

Lo singular es que a partir de 2008 ya el epicentro de esas crisis definidas como periódicas o cíclicas, se localizan en los estados de la “tríada del poder mundial”, EE.UU, UE y Japón (el último muy disminuido). Pero los impactos han sido, son y serán particularmente severos en los países subdesarrollados, periféricos o semi-periféricos de África, Asia, AL y Caribe (ALC), así como del sur y el este de Europa, estructuralmente dependientes de las potencias imperialistas.

 

A nivel mundial (salvo excepciones, como las de algunos países de Nuestra América) no son tiempos de revoluciones como la Revolución Francesa o la Revolución Rusa. Para que haya una revolución, es preciso una situación y una crisis revolucionaria. La situación revolucionaria se caracteriza porque las clases dominantes no pueden mantener inmutable su dominación, porque se agrava la miseria y los sufrimientos del bloque social explotado y oprimido y porque hay intensa actividad de resistencia de las masas, esto es, de la población activa. La crisis revolucionaria agrega a esas condiciones, la capacidad de los “de abajo” de accionar con fuerza para derribar al régimen cuestionado.

 

No obstante, la crisis no presenta soluciones para los pueblos en los marcos del sistema, cada vez más injusto y desigual. En Zurich investigadores han trabajado el concepto del Movimiento Ocupemos Wall Street acerca de la división entre el 1% de la población mundial, poseedora del 99% de la riqueza y el 99% restante con sólo el 1% de la riqueza, y lo han corregido, pues el número de privilegiados es solo el 0.5%. Las 85 personas más ricas poseen igual riqueza que la mitad más pobre de la población mundial.

 

El francés Thomas Piketty explica la concentración de la riqueza y su distribución en los últimos doscientos cincuenta años. Sostiene que cuando la tasa de acumulación de capital crece más rápido que la economía, la desigualdad aumenta. Y el británico David Harvey opina: “Lo que Piketty nos muestra mediante estadísticas (y ciertamente estamos en deuda con él y sus colegas por ello) es que el capital ha tendido a crear, a lo largo de su historia, niveles cada vez mayores de desigualdad. Esto, para muchos de nosotros, no es ninguna noticia. Era exactamente la conclusión teórica de Marx en el Volumen Primero de su versión de `El Capital'.” Otros se refieren a esa creciente desigualdad entre regiones y países, como la ley del desarrollo desigual y combinado. Esta desigualdad tarde o temprano, se acompaña de mayor pobreza, intensificación de la lucha de clases, crisis, guerras y revoluciones.

 

 

(4) El sistema capitalista: características y crisis . La orientación neoliberal

 

 

En el sistema se enfrentan los capitalistas entre sí y contra sus trabajadores. Las fases expansivas (de auge) y depresivas (de crisis) se vinculan a esos enfrentamientos. Las de auge son indicadas por el aumento de la tasa de ganancia. Las de crisis por una brusca y fuerte caída de ella debido a una sobre acumulación del capital en la producción, paralizante porque no hay donde invertir con ganancias. Las crisis son funcionales al sistema pues eliminan mercancías, capitales y seres humanos y preparan las condiciones para otra etapa de desarrollo, tras arruinar a sectores del capital y beneficiar a otros.

 

Para enfrentar esa tendencia a la baja de la tasa de ganancia, la ideología neoliberal propone en las crisis aumentar la plusvalía, sea por la disminución salarial directa, sea a través de “podas” al “salario social” (salud, educación, vivienda, etc.), subsidios a las patronales, abaratamiento de las materias primas, etc.

 

En verdad, las crisis de sobre producción son crisis de sub consumo. No es que sobre la producción, es que faltan los compradores y no por carecer de necesidades, sino de poder adquisitivo. Por consiguiente se sobre-acumulan las mercancías, los capitales y los seres humanos para el sistema. Se producen mercancías que pueden alimentar tres veces a la humanidad, pero cada cuatro segundos muere una persona de hambre. Precisamente, lo absurdo de la economía capitalista es que –por primera vez en la historia- hay hambre cuando sobran las mercancías. La humanidad siempre padeció hambrunas porque faltaban alimentos, o porque sobrando en una región y faltando en otra, no había transportes suficientes para trasladarlas. En cambio, en el capitalismo, los alimentos y otras mercancías están en las tiendas, almacenes o galpones, pero grandes segmentos de la población carecen de capacidad de compra. Las mercancías se tiran o destruyen porque no hay suficientes compradores; pero tampoco se donan a los hambrientos porque se derrumbarían los precios, perjudicando a los capitalistas.

 

Imposibilitado el ciclo de reproducción ampliada (ganancia) en la esfera productiva, el capital recurre a la especulación financiera, a la droga, a la prostitución, a la venta de órganos, al transporte ilegal de inmigrantes. El volumen de la economía financiera es cincuenta veces superior al de la economía real: por cada dólar invertido en la producción hay cincuenta en la especulación, viviendo del dólar que está en el circuito productivo. Es la “financierización” o hipertrofia financiera: el capital se desplaza hacia la órbita financiera y el sistema solo se sostiene con el crecimiento ilimitado del endeudamiento.

 

La aplicación de la orientación neoliberal se basa en la liberalización y la privatización. Liberalizar supone que el Estado no interfiera en el libre juego del mercado, que es el que asigna los recursos. El liberalismo comercial requiere eliminar todo tipo de restricciones en el intercambio con el exterior, como los controles de importaciones y reducir drásticamente los aranceles. Junto a la liberalización comercial se plantea la financiera, que significa que no haya controles ni interferencias sobre los movimientos de capitales. Esa orientación, perjudicial a la inmensa mayoría, para imponerse se debe acompañar de agresividad imperialista: “El presupuesto militar de Estados Unidos el año pasado (2013) fue de 640.000 millones de dólares, el de China de 188.000 millones y el de Rusia de 88.000 millones. El de los dos grandes países de Europa y Asia juntos no llegó ni a la mitad del de la potencia norteamericana (…) El genocidio del pueblo palestino parte de la necesidad de Estados Unidos de mantener un conflicto que sostenga e incremente la venta de armas. ” La relación entre neoliberalismo y agresividad reaparece en la “Estrategia de Seguridad Nacional 2015” de la Casa Blanca en que se propone fijar “las reglas de la economía global” y evitar que lo haga China, y a la vez, afirma que se buscarán “acuerdos para liberalizar el comercio de servicios”.

 

En las regiones dependientes (Asia, África, Nuestra América) la burguesía trasnacional comanda su bloque aliado a socios menores, rentistas o accionistas y a un séquito de funcionarios eclesiásticos, militares, políticos, intelectuales. La vieja clase burguesa-terrateniente se asocia a la burguesía trasnacional y suele vender sus propiedades y comprar acciones en las trasnacionales. Ese bloque de clases (los dueños del capital, de los grandes medios de comunicación, del poder militar y sus servidores) ejerce el dominio del gran capital. Mr. Wolfensohn (Presidente del Banco Mundial, 2008) afirma que en 6000 millones de habitantes hay más de 2000 millones que sobreviven con 2 dólares diarios, 1500 millones no tienen acceso al agua potable y más de 2500 millones a la energía eléctrica, en su gran mayoría habitantes de estas regiones dependientes. El filósofo español Carlos Fernández Liria explica el agravamiento de la pobreza y afirma que “la mitad de la población mundial vive con menos de 2 dólares diarios”

 

Los neoliberales han “convertido” al imperialismo en globalización. La globalización puede describirse y definirse desde el punto de vista de las relaciones económicas, como la creciente interconexión entre los países. Pero refleja también el control y la expansión del modo de producción capitalista, dominado por EE.UU., que ha producido un brutal distanciamiento entre el potencial económico (nunca la humanidad ha sido tan rica) y los resultados experimentados por los pueblos (nunca tantos han sido tan pobres). Ante la severa declinación económica, social, cultural y ambiental –iniciada con la crisis capitalista de 1997- la humanidad está en peligro de extinción. La disyuntiva planteada por Rosa Luxemburgo de `socialismo o barbarie' se convierte en `socialismo o extinción'. Es que se acentúa el círculo vicioso entre el constante crecimiento de la población mundial (especialmente en África y Asia), la pobreza y el creciente deterioro del medio ambiente. Los intentos de las principales potencias imperialistas para mantener su poder producirán nuevos conflictos, intensificarán la carrera armamentista y el incremento de esos gastos.

 

Hay creciente incompatibilidad entre el capitalismo y el derecho de los pueblos. No hay capitalismo sano y el sistema se ejerce mediante una dictadura implacable del gran capital.

 

La inter-dependencia no es exclusiva de ahora. Existe desde hace siglos y ha significado que las regiones y los países del mundo tienen relaciones de explotación y de dominación, respecto a otros. Basta mencionar, a título de ejemplo, el caso de España y sus colonias. Con variantes en las formas de explotación económica, de dominación política, de alienación cultural, esas relaciones entre desiguales han perdurado y se han agravado a lo largo de los últimos siglos. Sin embargo, “La mundialización del capitalismo arranca firmemente, pues, desde 1850, y con ella, la clara tendencia a constituir una historia mundial prácticamente existente […] Las relaciones entre las naciones y las relaciones entre continentes –o mejor, entre grandes conglomerados geopolíticos de acumulación de capital­ son transformadas en el curso de la mundialización práctica de las mismas.”

 

 

(5) El Libre Comercio y sus diversos tratados en las dos últimas décadas

 

 

En pos de la desregulación de los mercados financieros, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) aprueba el A.M.I. (Acuerdo Multilateral de Inversiones) en 1995. Éste provoca un escándalo en Francia propagado a otros países europeos, al conocerse que los inversores privados podían emprender acciones contra los Estados Nacionales, por fuera de ellos y de sus constituciones. Aunque detenido el A.M.I. el concepto se había introducido ya en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) ; de allí se intenta trasmitirlo al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) y tras su fracaso, se introduce en los Tratados Bilaterales de Protección de Inversiones, Tratados de Libre Comercio, Alianza del Pacífico, TISA y pautas para un Acuerdo con la UE con el Mercosur o algunos de sus Estados miembros. Todos estos tratados implican la pérdida de soberanía de los Estados Nacionales.

 

Por consiguiente, cada vez son más multitudinarias las protestas contra los tratados que permiten a las ETN demandar a los gobiernos cuyas políticas perjudican a sus intereses. Ese derecho es conocido como arbitraje de diferencias estado-inversor (ISDS, su sigla en inglés). Las naciones industrializadas los conciben por los años 60 para proteger sus inversiones contras las nacionalizaciones. Pero a finales de los 90, las ETN comienzan a usarlos bruscamente. El solo temor a esas costosísimas demandas en juicios que por lo general ganan las ETN, fuerzan a los Estados a no implementar medidas regulatorias que benefician a su población. En esos tribunales (caso del CIADI) los países ricos pueden darse el lujo de defenderse, pero la defensa es una gravísima carga presupuestaria para las naciones pobres. Hoy en día, este peligro está presente en la tríada de tratados impulsados: el TTP (Tratado Trans-Pacífico), el TTA (Tratado Trans-Atlántico) y el TISA (Trade in Services Agreement) en el que se ha involucrado Uruguay.

 

 

(6) El imperialismo, su estrategia y sus tácticas

 

 

“Existe, ciertamente, una estrategia global de Estados Unidos en la fase actual del imperialismo, pero no hay una táctica, sino varias . Estados Unidos ha adquirido una larga experiencia en la represión de pueblos y en su papel de gendarme de las burguesías occidentales; no pone todos los huevos en la misma canasta, y, no apuesta a una sola carta […] En realidad, Estados Unidos se queda siempre con varias cartas en la mano. Por supuesto, todas las cartas no son para ellos equivalentes y prefiere unas a otras, aunque, a menudo, las juega simultáneamente . Esto quiere decir que su estrategia puede adaptarse a varias soluciones en los países de su zona de dependencia.”

 

Esa teoría se ha aplicado: “Las potencias intervencionistas siempre usan la vieja táctica de `dividir para gobernar'. La novedad, por lo menos relativa, en ese contexto, es que, además de los viejos patrones de aplicación de esa táctica (que siempre se apoya en cuestiones que generan divisionismo, como nacionalidad, etnia, raza, religión y otras semejantes) en los casos recientes el uso de esa táctica se apoya en las divisiones de clase. Parece ser que cuando el país, como Irán o Ucrania, puede ser dividido en líneas nítidas de clase, y es posible construir alianzas entre los oligarcas de los países atacantes y los oligarcas del país que es blanco del ataque no es preciso embarcarse en un ataque militar amplio. Cuando las sanciones económicas y las alianzas y colaboración con los oligarcas nativos pueden construirse son usadas para llevar a cabo `golpes democráticos' (…) ¿para qué arriesgar un ataque militar indiscriminado, con consecuencias inciertas y potencialmente catastróficas?”

 

Se puede agregar –como ya se denuncia- la apuesta a la implosión de Brasil con la mayoría de las “3 B” (Biblia) evangélicos, Buey (terratenientes) y Bala (militares reaccionarios) que controlan la mayoría de la Cámara Federal y defienden una “guerra espiritual”. Recuérdese que las dictaduras de la Doctrina de la Seguridad Nacional comienzan en Brasil (1964).

 

 

El poder norteamericano en Nuestra América alcanza su plenitud en el último cuarto del siglo XX. Las ETN y sus apéndices financieros (FMI, Banco Mundial, BID) privatizan sectores estratégicos y proyectan planes de integración a su servicio. Se acompañan de golpes militares de la Doctrina de la Seguridad Nacional, invasiones militares directas (República Dominicana, Panamá, Granada) y fraudes electorales.

 

Pero comienza a decaer en el siglo XXI. El resurgimiento de Rusia, el creciente liderazgo mundial chino, el rechazo de los planes integracionistas a favor de EE. UU., los acuerdos regionales excluyentes de esa potencia (MERCOSUR, ALBA-TCP, UNASUR, CELAC), el auge del precio de las materias primas que vigorizan a los gobiernos progresistas o revolucionarios, las ofertas de China y Rusia “de financiación masiva, los préstamos y el desarrollo de infraestructura sin necesidad de cortes en el desarrollo social, y no solo en el comercio y la economía, sino en la tecnología y la exploración espacial”, debilitan a EE.UU. , quien modifica sus planes, sus tácticas. A sus posturas intervencionistas, agrega los “golpes suaves” (caso de Venezuela). “La estrategia consiste en aprovechar las contradicciones internas del país, los problemas internos, con el fin de agravarlos, generar turbulencia y caos hasta derrocar al gobierno sin recurrir golpes militares” . Ni tampoco descansa en pos de la cooptación de elencos gobernantes sin convicciones antiimperialistas firmes.

 

 

(7) El rol de la República Popular China

 

 

La República Popular China tiene y tendrá aún más un papel decisivo en este siglo. Es la nación de más vertiginoso desarrollo en la economía mundial y la principal potencia desafiante del poder estadounidense y europeo. Según el Partido Comunista -el más importante de los ocho existentes- China se encuentra en la fase inferior del socialismo en la que permanecerá hasta fines del siglo XXI y la tarea principal, es desarrollar las fuerzas productivas, en atraso extremo, con activa presencia de una clase burguesa fortalecida. Además, se está dotando de todos los instrumentos –diplomáticos, económicos, financieros, tecnológicos y militares- para desafiar a EEUU.

 

Las líneas siguientes solo pretenden aportar elementos básicos. La china es una milenaria civilización carente de interrupciones históricas, basada en un modo de producción tributario, de base campesina, de autoritarismo férreo, con el papel rector de una elite letrada que impone su ideología clasista (los mandarines usaban larguísimas uñas para demostrar su incontaminación de las inmundicias del trabajo físico). El capitalismo penetra con invasiones extranjeras, y se alía con la aristocracia local. La modernización tuvo su centro en la costa y no llegó a todo el territorio.

 

La revolución dirigida por el Partido Comunista proyecta una fase de transición al socialismo, denominada Nueva Democracia. Reconoce la imposibilidad de implantar el socialismo, esto es que los medios de producción y de cambio dejen de ser privados para ser de la sociedad, y que cada trabajador reciba de la sociedad tanto como le ha dado. Para alcanzar el socialismo considera imprescindible previamente desarrollar las fuerzas de producción y dotar de condiciones de vida básicas a las clases populares (alimentación, salud, vivienda, alfabetización), sin cuya consciente y activa participación se recae en nuevos sistemas de explotación y de dominación.

 

China ha logrado éxitos. De ser una economía pobre y marginada ha pasado a ser la primera mundial en paridad de poder de compra y la segunda en números absolutos. Ha conseguido alimentar, vestir y dar techo a más de 1300 millones, y sacado de la pobreza a 600 millones de personas. Se ha convertido en la fábrica del mundo y acumulado 3.8 billones de dólares en divisas. Los ha empezado a invertir bilateralmente en los cinco continentes. Bajo Xi Jinping, se ha establecido el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS con sede en Shanghái y la creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura con 22 países. En síntesis, toma la iniciativa.

 

La preocupación estadounidense la manifiesta el ex Canciller Henry Kissinger que destaca que los líderes chinos no piensan como los occidentales, lo que es reflejo del juego estratégico más común en las dos culturas. Los occidentales juegan ajedrez, cuyo objetivo es eliminar al rey lo antes posible, mientras los chinos prefieren el go, en que el objetivo no es matar al rival de una manera frontal, sino más bien rodearlo hasta que ya no tenga escapatoria. Los líderes chinos han aplicado esa estrategia a nivel doméstico. Así, han introducido cambios y reformas sin eliminar las instituciones anteriores (las zonas especiales de libre comercio son un ejemplo). Lo mismo pasa con la reforma del sistema financiero y monetario internacional. Al ver que EEUU y Europa no quieren democratizar las instituciones de Bretton Woods, China está construyendo un entramado financiero bilateral y multilateral paralelo sin cuestionar el orden establecido frontalmente.

 

Su orden de prioridades, geoestratégicas y geopolíticas está bien definido. Desarrollar el oeste del país (todavía muy pobre) y para ello mejorar la inter-conectividad con Asia Central y el Índico. “Acercar” económica y políticamente (vía mar, aire, tierra y ciberespacio) a los países del ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, de 16 naciones). Reducir los riesgos geopolíticos y para eso diversificar las rutas comerciales, terrestres y marítimas con la UE (su principal socio económico). Por eso, tras décadas de desarrollo absorbiendo inversiones extranjeras a velocidad vertiginosa, la estrategia actual es hacer que su capital fluya hacia sus vecinos. Ya es el mayor socio comercial de los países de Asia Central y de varios latinoamericanos y africanos. En 2014 en Nuestra América la banca china ha prestado más dinero que el Banco Mundial y el BID reunidos, siendo Venezuela su mayor receptora.

 

Si se suma la creación de nuevas rutas terrestres y marítimas hacia occidente, la cooperación con los BRICS, la vinculación acelerada entre los miembros de la Organización de Cooperación de Shanghái, el papel influyente en el Movimiento de No Alineados (el G-77), la activa relación con la CELAC, el desarrollo defensivo (China está rodeada de bases militares de EE.UU. pero no tiene ninguna base en el extranjero), la cooperación económica con África y América Latina sin las clásicas recetas del FMI, se comprende que el mundo se le esté inclinando a favor. Basta considerar que los BRICS aumentan su peso en el PBI mundial del 19% al 30% entre 2001 y 2014. En 2014 el bloque representa en el mundo el 45% de la industria agrícola, el 17% del comercio y el 13% de los servicios.

 

Se ha afirmado que otorgando preponderancia a ciertos aspectos bien puede fundamentarse el presente y el futuro de China como capitalista o socialista. Su Partido Comunista sostiene que se mantienen los objetivos socialistas y comunistas. Lo fundamenta en que si bien ha crecido el sector privado (hay burgueses millonarios y explotación capitalista) que posee capital importancia en las exportaciones, el grueso de las empresas (de productividad menor) y del personal empleado son estatales. Se señala que el “socialismo de mercado” determina que las cooperativas, aldeas y empresas familiares, funcionen en sistema mixto (privado-público) y sea el Estado quien dé las directivas generales, planifique centralmente, asegure el control estratégico y distribuya la plusvalía. La economía de mercado permite comercializar y liberar de cargas burocráticas, males de los planes rígidamente centralizados. Por otra parte, no admiten tratados bilaterales de inversiones (a pesar de lo cual es el país con mayores inversiones extranjeras) ni los clásicos tratados de libre comercio. Mantiene el control de la banca, del cambio y del comercio exterior y el Estado es el principal agente económico. Ha crecido la capacidad de consumo de la población, el acceso a la salud, a la educación, a la vivienda, a las telecomunicaciones, a las vías de transporte y a la investigación técnico-científica.

 

La dirección china combate el concepto de choque de civilizaciones” en pos de la convivencia sin superioridad. El Presidente Xi Jinping en la ONU (2014), ha contradicho la teoría del choque de civilizaciones (Toynbee, Hungtingon en 1993), y afirmado que “Si todas las civilizaciones pueden defender la inclusividad, el llamado `choque de civilizaciones' quedará descartado y la armonía de las civilizaciones se convertirá en realidad” , defendiendo “la necesidad de los intercambios y el aprendizaje mutuo entre las civilizaciones” y considerando que todas las civilizaciones tiene fortalezas y debilidades y ninguna es superior a las otras.

 

Sin embargo, caben legítimas dudas hacia adónde se proyecta China y la necesidad de estudiar en profundidad su evolución, en tanto sus luchas sociales y políticas son intensas, entre líneas y aspiraciones diferentes.

 

 

(8) Nuestra América: presente y futuro

 

En varios Estados Nacionales de Nuestra América se intentan construir alternativas al capitalismo dependiente; y son campo de batalla entre los pueblos y las pretensiones de los sectores comandados por la burguesía trasnacional en pos de revertir los avances y de reinsertar a esos países en el “nuevo” orden panamericano y mundial.

 

El ex Secretario General de ALADI (Asociación Latinoamericana de la Integración), el economista ecuatoriano Leonardo Mejía, estudia en profundidad el liderazgo de Brasil, derivado de su extensión geográfica (8.514.877 Km2), del tamaño de su población (203.4 millones en 2010) y de la dimensión de su economía (PBI. 2.090.000 millones de USD, en 2010) y el surgimiento de intereses divergentes que cuestionan su liderazgo. “propuestos tanto por los gobiernos de izquierda como por aquellos que han suscritos acuerdos de libre comercio con los Estados Unidos y otros países desarrollados.”

 

Definir la relación de Brasil con los otros Estados Nacionales es cardinal para todos. Valoramos imprescindible crear una Gran Nación Nuestro Americana, que tienda a la igualdad en el continente más desigual privilegiando a los más débiles, aprendiendo de experiencias fallidas (como el CAME o Consejo de Asistencia Económica Mutua) donde hubo un centro poderoso (la Unión Soviética) y una periferia. Y aprendiendo de nuestra historia, pues Artigas intenta la igualdad provincial, mientras que ahora hay que intentar la igualdad de las naciones fragmentadas en la Patria Grande recompuesta. O de Bolívar que intenta la integración en el Congreso de Panamá (1826). Habrá que cuidarse de la prepotencia y del egoísmo de las Patrias Chicas más fuertes, con tendencia a ser opresoras y evitar que Nuestra América se convierta en el glacis de un Brasil imperialista.

 

Se perciben históricamente etapas diferentes: Hispanoamérica es la denominación para la época de la independencia, pues Brasil rehúsa la invitación al Congreso de Panamá y en buena medida, se auto-margina de esa lucha; Latinoamérica es la denominación producto de la influencia cultural francesa del siglo XIX, y abarca a Haití y a Brasil; Nuestra América (nombre acuñado por José Martí, y reflotado por Hugo Chávez) es la denominación actual adecuada, englobando a las etnias aborígenes y a otras influencias europeas: holandeses, ingleses, daneses, como en Guyana, Surinam y probablemente Groenlandia. También debe analizarse la incorporación futura de los denominados “kelpers” como ya se han incorporado habitantes de antiguas colonias inglesas, hoy Estados independientes, a la UNASUR y a la CELAC , para lo cual Uruguay tendrá que desligarse de la tesis patriotera de las “Malvinas argentinas” sin serios fundamentos históricos y con dudoso fundamento geográfico. Uruguay carece de una estrategia de política exterior y es un péndulo que, ora reclama un “aliado poderoso y lejano” o un “tío protector” contra sus vecinos, ora se trepa a reivindicaciones de éstos sin valorar sus derechos históricos y geográficos, como acontece con su postura pro-argentina acerca de las Islas Malvinas.

 

Nos sumamos a la advertencia que el escenario es de incertidumbre entre la dominación estadounidense y la independencia regional, nunca tan cercana ni tan amenazada. Mientras, la región no parece preparada para afrontar la agresión y entre sus naciones prevalece la rivalidad. Solo Brasil y los tres países sudamericanos del ALBA-TCP (Bolivia, Ecuador, Venezuela) son conscientes del peligro, aunque Brasil parece virar de liderar la unidad de Nuestra América a actuar por su exclusiva cuenta. Chile, Perú, Colombia y Paraguay se alinean con EEUU. Uruguay y Guyana se habían mantenido en posición ambigua, aunque se están re-alineando con EEUU y la UE. En la Cumbre del MERCOSUR de Julio de 2015, Paraguay y Uruguay proponen un TLC con la UE y acuerdos con la Alianza del Pacífico, confrontando con la posición mayoritaria. Argentina es torpe para vincularse con sus vecinos.

 

Son los trabajadores, la intelectualidad avanzada y las fuerzas sociales y políticas populares –con o sin los gobiernos progresistas- quienes deben toman la antorcha de la integración liberadora, obligados a defenderse unidos en todos los terrenos: económico, político, militar, cultural, como enseñan los versos del Martín Fierro: “los hermanos sean unidos/que esa es la ley primera/ mientras ellos se pelean/los devoran los de afuera”. Y más allá de la región, debemos saber que la mundialización impuesta por el gran capital, a largo plazo, solo la podrá vencer el internacionalismo de los trabajadores y de los oprimidos. ----

 

Instituto de Profesores Artigas. Montevideo. Julio de 2015

Informe Oxfam. “América XXI” . No. 104. Febrero de 2014.

Thomas Piketty: “Le capital au XXe. Siècle . “Les livres du Nouveau Monde”. Seuil.

David Harvey: “Algunas ideas sobre Piketty”. “La Migraña”. Revista de Análisis Político. Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia. No. 9. Páginas 40 y 41. 2013.

Ignacio Ramonet. “Capitalismo, mundialización, socialismo”. Editorial “Izquierda hoy” en coedición con “Le Monde Diplomatique”, edición Cono Sur. Montevideo. 2001. Página 67.

Sergio Rodríguez Gelfenstein: “El capital es implacable”. “Barómetro Internacional”. Caracas. 21.08.2014

Reinaldo Gargano. “Integración, cambio, coherencia, paz, democracia”. 2008 Gráfica Natural. S.A. Diciembre de 2008.

“Barómetro Internacional” del 2 de abril de 2015.

Jorge Veraza.” Del reencuentro de Marx con América Latina en la Época de la Degradación Civilizatoria Mundial”. Oxfam. Vicepresidencia del Estado. Presidencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Pensando el mundo desde Bolivia. Página 52.

La OCDE está integrada por 34 naciones: Australia, Bélgica, Chile, Dinamarca, Alemania, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Islandia, Israel, Italia, Japón, Canadá, Corea, Luxemburgo, México, Nueva Zelanda, Países Bajos, Noruega, Austria, Polonia, Portugal, Suecia, Suiza, República Eslovaca, Eslovenia, España, República Checa, Turquía, Hungría, Reino Unido y Estados Unidos.

Para ser miembro hay que comprometer al país con la economía de mercado y la democracia pluralista. Todos ellos producen más del 60% de los bienes y servicios del mundo.

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA en inglés) entra en vigor en 1994 entre Canadá, Estados Unidos y México. La primera idea de Estados Unidos es ir incorporando a otros países de la región. Pero la crisis mexicana, con su ejemplo negativo, obliga a cambiar su política.

Nikos Poulantzas: “La crisis de las dictaduras. Portugal-Grecia-España” Siglo XXI de España editores. S.A. 1976. Pág. 38.

Ismael Hossein Zadeh: “È guerra mundial entre classes, nao entre países”. El autor es Kurdo . Impresión on-line del Instituto Presidente Joao Goulart. Traducción del autor.

Cero Nikandrov: “La CIA en América Latina: de los golpes a la tortura y asesinatos preventivos”. Publicación del Instituto Joao Goulart. 10 de marzo de 2015.

Gene Sharp, ideólogo del GOLPE SUAVE afirma: “Nosotros combatimos con armas sicológicas, sociales, económicas y políticas”.

Luis Alberto Moniz Bandeira. “ Los Estados Unidos promueven la desestabilización de las democracias en América latina”. La onda digital. Publicación del Instituto Joao Goulart. 18 de marzo de 2015.

Aidiana Martínez. “BRICS: afianzamiento del Mundo Multipolar ante la decadencia del FMI”. “Barómetro Internacional”. 20-7-2015

Sergio Rodríguez Gelfenstein. “China, una hegemonía distinta para el sistema internacional del siglo XXI”. “Barómetro Internacional”. 2015

Prof. Leonardo Mejía. “Geopolítica de la integración sub-regional. El rol de Brasil”. Impreso en La Huella . Ecuador. Página 122.

 

 
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